(Dedicada a María, activista por los Derechos Humanos)
Cuando llueve
aprendo a beber agua
por una boca que no tuve
en un cuerpo nuevo, limpio,
que sueña con el viento
y en ser la canción de cada día
no un eco lejano que perdí en la vida
o un extraño camino donde iba y venía
como latido de sol en la niña de mis ojos
Aquí todo es ceniza,
excepto la sonrisa
Esa quedó entre nosotros
como hiedra que sueña
en el corazón enredada
La voz que ya no sube,
la sombra que se escapa
en toda la tierra extraña
en ésta noche cerrada
¿Acaso soy centinela,
en mi novicio agujero
donde amor, poesía y libertad
caminan de la mano?
maduraré un compromiso
comeré de tierra justa
entre golpe de machete y versos
aún cuando la tarde sea más vieja todavía
porque me bulle en la sangre,
y me estalla el interior
ésta absurda justicia
tu silencio…. Y el cielo…
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