A mi hija.
¿De qué pétalo tu boca
libera arroyos como ríos?
Lleva en la sonrisa la corriente abierta,
clara como la vida,
firme como un pedrusco arriesgado,
benévola como la sombra de un olivo.
Tiene los años sin disfraces en el rostro,
pendientes de futuro
comprometidos en su gesto ingenuo.
Vuela sueños y mira al mundo sin fronteras,
sabe que los andenes esconden ausencias.
Cuando mira fijamente
reconozco en su mirada la sed del agua,
en sus manos sin prejuicios camina
hacia donde yo jamás he podido ser,
y me llena de orgullo el resplandor de su cara
cuando viene con un universo de estrellas
que no alcanzo a contar.
© I.M.M Todos los derechos reservados.