El mundo en su infinita extensión pende en tu muñeca
Cual si de un brazalete se tratara.
Sus vastos océanos neófitos de tu existencia.
Yermos sus desiertos hoy por ti invadidos de rosas y jazmines.
¿Y que siento?, ¿que es sentir?...
Tus brazos me rodean, me atrapan.
Sin notarlo, me veo inmerso en una incontenible pasión.
Te siento tan mía, me siento tan tuyo.
Déspota el atroz tiempo, que transfigura largas horas en escasos minutos.
Volviendo nuestro encuentro tan fugaz, como intenso es.
Extasiado por una pasión incontenible, absorto en el placer.
La razón me desampara, y solo puedo seguir mis instintos.
Desconozco lo que soy, y no recuerdo lo que he sido.
¿Pero que razón tiene pensar?
El momento, el fugaz momento se ira.
Y sus recuerdos me serán tan vívidos como ahora lo siento.
Sus manos recorrerán mi cuerpo aun en su ausencia.
Sus labios besaran los míos, y el momento…
El fugaz momento será eterno en mis recuerdos.
Puedo ver en lo terso de su aterciopelado cuello.
La vivaz e intensa luz de la luna que allí reposa.
Y tres tenaces estrellas como su eterna compañía, y el recuerdo de un ayer.
El momento, si de mi dependiera este seria eterno.
Y si así lo fuera, ya no seria solo un momento.
Pero no ha de depender de mi, sino de un todo.
Y habrás de partir, y de llevarte algo de mí contigo.
Y habrás de dejar algo tuyo en mí que haré eterno e inmortal.
El momento…