Eddy Gtz

UNA Y MIL VECES...

Una y mil veces deshoje,

la rosa entre mis manos,

mas nunca mis manos; tuvieron la dicha

de haberte amado, sin embargo;

aún guardo tu perfume, ese dulce, calido y

enervante aroma, que me cobija en mis frias

noches, me embriaga, me seduce, me enloquece,

cual silencio que se escapa de mi soledad,

en la  penumbra de estos parapados,

en descenso, aprisionando la noche

que anuncia el tormentoso deseso,

de las gotas salinas que emergen,

de mi árido desierto.