Ahí están diego, Elí y su amor en el autobús de su vida,
Llenos de ilusión y pasión compartida,
El amor es invisible su puerta no tiene brida,
En sus miradas se le nota que se querrán de por vida…
Diego tienes a tu Elí, loca por tus caricias
Cuando el amor se funde en la fragua divina,
Proyectos en común más allá de las colinas,
Mirando a la luna que sus noches, los ilumina…
Mi Padre fue conductor de autocares cuarenta años,
Por eso al veros en vuestro propio autocar,
He pensado en tu Abuelo Modesto, tortolitos
Viviendo en vuestra nube y vuestro mar…
El cielo y la tierra se funden, Elí y Diego
Paseando vuestra pasión, en el autobús de vuestro amor
Os esperan mil carreteras conducir con cuidado,
Que la vida es un paseo, lleno de ilusiones y calor…
Me he sentido muy feliz, al veros en el autocar
El que conducirá vuestros días con el fervor,
De vuestro amor encantado y espectacular,
Os deseo lo mejor en vuestro autocar del amor.
¡La vida es un paseo divino, con la brisa de
los dos y yo os deseo que en vuestro
Autobús, deis la vuelta al mundo, con
amor!
Modesto Ruiz Martínez / jueves, 25 de
noviembre de 2010