Muere la noche de los besos
en agrias puñaladas;
derrotada,
la vida cae ensimismada
envuelta en llanto.
En el vientre quedan cicatrices
de miedo y vacío eterno.
¿Volverán las mariposas
a rondar la oscura torre?
Nieves perpetuas
devoran las fauces
de una doncella que perdió.
Vuelve el silencio...
Muere el corazón.