Des fragmentadas miradas en el horizonte
avalancha de mordido silencio en el alma se acomoda
ritmo suave hoja que se desprende de la rama.
Culebrean las vértebras en apasionada danza
danza en el delirio de los tendidos cuerpos
se cruzan iris de terciopelo
subiendo la escalera de compartidos sueños
desnudando peldaños de desconocidas geografías.
Zigzagueando en espera del compartido gemido
humedades sedosas nacen entre poros de piel
avanza en derroche la prófuga caricia
cabezas inclinadas sobre compartido aliento.
Danza de cuerpos entre crujir de yemas
yemas de expandido oráculo sobre sabanas
Penetran bucles de placer mixtura de sexos.
Xesca Almécija