El día se apaga
muere el olvido
vive la calma
tu recuerdo, el frío.
De su sombra oscura ha salido
con la esperanza de volverte a ver
y caminando hoy te ha sorprendido
vertiendo el mundo a tus pies.
Cómplice y muda te hará llegar mi mensaje:
en el blanco de su radiante reflejo,
en la fría aura que desprende su aliento,
en el negro inmenso que se expande a su alrededor.
Si no abres los ojos, oirás su eterna canción.
Tus pasos arrastran sombras,
sombras varias que se revelan
sombras que te siguen ansiosas.
Oscuras aceras que no darían
por no protagonizar la escena
dramática de verte tan sola.
Date la vuelta…, que te vea
y se te quite un poco la pena.
Si mirarla es como verte
porque verla en tu rostro
iluminándote, con suerte
si tu la miras yo gozo.
Espejo de mis pensamientos que han de llegar a ti
si me ves al otro lado, del mismo modo en que estoy
en comunión con tu mirada, tus gestos y media sonrisa.
Sonríes porque me crees y sabes que esto es así,
un espejo para reflejar nuestra eterna amistad.
En un momento de triste fugacidad
que falta me hacía que estuvieras aquí.