al libre albedrío
como a un río mi memoria
ha aprendido a descifrarte
en la espesura de todas las voces.
al libre albedrío
los deseos entran y salen por los poros como pájaros
y habitan allí, como música, como pasos marcados en la arena,
en la rueda fraguada por mis brazos en tu cintura.
al libre albedrío
mis vocales de madera arden en llamas como faroles
de luna en el litoral de tus labios rojos y en tu cuerpo,
que mi mirada atraviesa como a una avenida.
al libre albedrío
como las ciegas heridas
que van dejando las piedras al rodar
por límites estrechos (como los míos) hasta el mar.
al libre albedrío
la lluvia salpica tus ojos y los míos
y en cada gota que se quiebra,
se nos multiplica un suspiro...