ELEGÍA A UN ALMA APASIONADA
(Al poeta Federico García Lorca)
La muerte pintó con sangre, sin dejar ningún resquicio,
El cosmos de los que tienen liberado el corazón.
Arrodillada la noche, lloró la infamia, sin juicio
No hubo para ella clemencia, en andrajos la razón.
Las rosas de las campiñas llenaron con su perfume
El aire deshojaba pena, sufrimiento y dolor
Y alguien dijo el nombre de la culpa que rezume.
La luna quiso guardar el momento de lo hecho
El salvajismo pletórico imposible de olvidar
Y con licencia tomó todo el fuego de su pecho.
Agitados los espíritus a su valor consagrados
Rompieron cauce de voces invadiendo las tinieblas
Con rayos de agonía ruge el temple arrebatado.
¿Dónde fueron los ardores del poeta que amaron?
¿Quién recogió los claveles de la tierra de Granada?
¿Dónde el ramo a la tumba de las alas que troncharon?
Miró el cielo, atormentado, desde su isla de nubes,
el mármol que acogió, el calor de su vehemencia
y el abrazo de la tierra encendida como lumbre
TEMA: LA ELEGÍA
TERESA TERNAVASIO