Julio Cortazar

Los cuerpos de fuego.

Me quemaron tus huellas, estoy herido.

Me ardieron tus gemidos de sal,

cuerpo a cuerpo dime al oído

si soy tuyo o soy del mal.

 

Si soy de tus caderas firmes fulmíname

con las luces de los cuartos acabo de convencerme

no por ciego sino por urgar  tu intimidad

de un juego de los dos sin promiscuidád.

 

Un juego que me cohíbe cuando no te veo

en la punta de mis llamas

con el alma asomándose por el exceso

en medio de tus senos perdí la batalla.

 

De dos cuerpos unidos por el fuego

terminamos exahustos,

con la carne molida y el aire desganado

me atrevo a decir que ayer fuiste mía.