Las emociones y los sentimientos son el lenguaje del ser, através del cual el alma y el espíritu se manifiestan.
(mi cita)
Al principio fué una sombra que miraba, percibiendo el cuerpo - inquietaba.
Al unísono nos volteamos, tras la ventana una sombra estaba que miraba, al verle se escondía.
Estremecida y con temor continué, tratando de afinar mi voz al grupo de sopranos.
En noches de frio invierno se presentaba a la misma hora siempre. Cierta inquietud se apoderó del grupo, interrogandonos sobre el misterioso personaje.
Pasó el tiempo y la sombra se materializó; conocimos su cuerpo delgado, su fino rostro, sus ojos grandes fijos y atentos; a través del vidrio escuchaba a la música que ensayamos a próximas presentaciones.
El temor al desconocido y asiduo visitante fué disminuyendo y en confianza un día se presentó a la sala. Se paró cerca nuestro sin emitir palabra alguna; de nuevo sentí cierto escalofrio ante la rareza del joven. De súbito se retiró el raro personaje.
A la semana siguiente, nuevamente reunidos (director, sopranos, altos, tenores y bajos) a ensayar nuestras notas. A hora de pausa timidamente hizo su aparición el raro joven. Mientras saboreabamos nuestro rico té, moviendosé ligero, más bien flotando que caminando, acercóse al piano. Le observé pensando que cosa se le ocurriría.
Parado en leve inclinación posó sus manos de largos dedos sobre el teclado, al instante una melodiosa y celestial composición mozartina dejóse escuchar por toda la sala.
Con sorpresa dejamos de conversar y en asombro creciente escuchamos extasiados a la maravillosa interpretación. No cabía en mi asombro, en júbilos aplaudimos y halabamos al misterioso interprete, que repentino como empezó, finalizó y con una sonrisa tímida en su rostro se retiró.
Y aún bajo el efecto de la sorpresa, pensé en la sombra que miraba, no era sombra.
Era un genial pianista extraviado.
luz teresa maldonado folkerts