ALVARO J. MARQUEZ
MIS FRASES EN TU CELULAR (7ma. entrega)
Te amo porque nada me cuesta/ porque eres gentil y educada,/ dame ahora una mala respuesta/ y te amaré por malcriada.
A veces alguien a los ojos te mira/ y dice quererte de corazón,/ puede ser verdad o mentira,/ en mi caso es una confesión.
Nuestra historia de sexo y pasión,/ viaje de ida sin retorno,/ siempre tendrá un mejor guión/ que una película porno.
Cuando estoy contigo suelo rechazar/ algunas cosas que detesto,/ Que tu propósito sea jugar/ y el amor... sólo un pretexto.
Juraste que fue mío tu amor un día,/ amor del que ya no me ocupo,/ porque en ese entonces yo no lo sabía/ y creo que ni Dios lo supo.
El olvido y el deseo siento/ que son más que palabras escritas en un papel./ Uno es cuestión de tiempo,/ el otro… cuestión de piel.
Esperabas el encuentro de los dos/ como yegua en celo en el establo/ y se produjo gracias a Dios…/ pero tú le agradeciste al diablo.
En el poema con emoción/ de un escritor que se respeta,/ se ve cómo llora el corazón/ y se desangra el poeta.
Al entregar con pasión nuestros cariños/ y luego llenarnos de insultos,/ parecemos dos niños/ que nunca llegarán a adultos.
Cuando me insultas sin piedad/ y sin pensarlo me humillas,/ no sé si me amas de verdad/ o "me amas" entre comillas.
Cuando sea fácil para mí el olvido/ y ya no extrañe tu compañía,/ pensaré entonces que a Cupido/ le falló la puntería.
En la boda la novia estaba tan buena/ y provocó tanta calentura,/ que el novio pasó pena,/ porque más se le paró al cura.
"Dime que soy bella" al espejo le pediste/ y como no pudo complacerte,/ contrariada preferiste/ siete años de mala suerte.
Lo mejor de la historia de Adán,/ esa historia tan leída,/ son las ganas que nos dan/ de comer la fruta prohibida.
Si el sexo como es tu anhelo,/ en el más allá entre los 2 es eterno,/ nadie nunca habrá visto un cielo/ tan parecido al infierno.
Inocente el hombre aquel,/ ingenuo de muchos modos,/ al creer que la mujer era de él/ y resultó ser de todos.
Mis versos se leerán mejor/ si puedo lograr la meta,/ de que sobreviva el amor,/ aunque se muera el poeta.
Viajé en el tiempo por la eternidad/ y me vi cuando era pequeño,/ aún no eras mi realidad,/ pero ya eras mi sueño.
Un diccionario es lo mejor/ para entender lo que no hemos aprendido./ Busca tú lo que es el amor,/ que yo buscaré qué es el olvido.
Un día me confesé al cura aquél/ y luego sus pecados me contó./ Tanto que rezó para perdonarme él,/ más me tardé en perdonarlo yo.
Tus libros se cuentan por miles/ y el mío donde hablo de mi pasión,/ está entre tus libros infantiles/ o con los de ciencia ficción.
Todo es tan loco que estoy pensando/ que voy a descubrir desde mi tumba,/ que en el infierno están rezando/ y en el cielo hay una rumba.
Toc… toc… toco tu puerta y no consigo/ mejor manera de acercarme a ti,/ Dios la tocó y está contigo…/ ¿me dejas entrar a mí?
¿Tienes intención de quererme? Por favor…/ de eso no me des lecciones./ Mi alma se alimenta de tu amor…/ pero nunca de intenciones.
Tenía sus cuentas vacías/ y murió en la ruina por lo visto,/ el barbero que en sus días/ le cortaba el pelo a Cristo.
Te hablaré de soñar, de querer, de vivir,/ tú me hablarás de huir y olvidar./ Yo tal vez te haga sonreír,/ tú segurísimo me verás llorar.
Te amo por Dios me juraste,/ aunque hoy de admitirlo te cuidas./ Si en el nombre de Dios me amaste,/ ¿en nombre de quién me olvidas?
Si me hablas de amor es menester,/ que a los ojos siempre me veas,/ sin importar lo diabla que puedas ser/ o por muy santa que seas.
Siendo ajena deseándote viví/ y por ser pecado contuve mi pasión./ Ahora pienso en Dios y pienso en ti./ ¿A quién le pido perdón?
Siempre el amor fue esperanza cierta,/ pero a veces el camino se le cerró/ y algunos dejaron su puerta abierta,/ pero nunca tú… pero nunca yo…
Si no coinciden nuestros caminos/ y se acaban el amor y la fantasía,/ no seré como Jesús, que hizo milagros Divinos/ ni volveré al tercer día.