Si supiera volar… lo haría
para recortar distancias,
pero yo no tengo alas;
sólo las de la ilusión
que dan fuerza a mi mente
y recorren con el viento
el planeta de mis sueños.
Y… allí estás tú, como un faro,
que me indica el camino,
que ilumina mis pasos,
que se vuelven danzarines
y agilizan los tiempos.
Soy un pobre peregrino,
con sed eterna de amar,
que ha recorrido mil sendas
y a veces me he perdido.
Sigo buscando, impaciente,
pues sé que lo encontraré…
Y entonces mis ángeles niños
me tomarán y volaré.
Volaré por ti, aunque no te conozco,
pero te intuyo… mujer.
Ya no habrá más pasos perdidos…
Sólo en la paz del encuentro
sabré que he llegado
y por fin sonreiré…