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El frío de la mañana,
corta las manos,
trabajando la tierra
desde bien temprano.
Suspiro de esperanza,
mirando al cielo
¡por dios que no llueva¡
que no es enero.
Un velo de tristeza
da paso al llanto,
las lagrimas van cayendo,
surcando el campo.
El trigo no hecha flores,
pero si semillas,
primero los colores,
después la espiga.
Encendiendo un cigarro,
pegado al labio,
oliendo a tabaco
fuerte y picado.
Duramente,
y cansado del trabajo,
con la faz seca,
y las manos negras
la mirada triste
junto ala tierra,
Eres hombre,
de trigo y avena,
hermano de la encina
y la cosecha,
hombre bueno y tranquilo
de la aldea.
Hombre bueno y tranquilo
de la tierra
¿Por qué te humillas,
cuando hablas de amor?
¿Por qué sonrojas,
e inclinas la cabeza?
¿Por qué bajas los ojos?
si tu eres el poeta, de la tierra.
Hombre duro,
y mendigo, de tu pena,
de que el hombre de ciudad,
no te comprenda,
mírale de frente a la cara,
enseña, tus callosas manos
son el orgullo, de tu hacienda.
Sonríe al mundo,
tu nunca te arrepientes
al fin y al cabo, haces lo que sientes,,