Sergio Jacobo "el poeta irreverente"

DÉCIMAS APASIONADAS

 

Ya no imploro sólo un beso

una caricia insensata,

la que no olvida ni mata

la que se vuelca en exceso,

sólo busco el aderezo

de una noche en que tu boca

el desenfreno provoca

de mis manos y mi piel,

donde el cerezo y la miel

se mezclen en noche loca.

 

Ya no imploro la ternura

de tus ojos cuando miran;

ni saber cómo suspiran

(como viento en la llanura)

Quiero saber lo que dura

la caricia de tu mano,

sé que no sería en vano

la caricia que seduce

la que callada balbuce

este sentimiento arcano.

 

Pero estar contigo quiero

aunque implore un beso tuyo,

que sea la cama   –capullo-

Nuestro rincón nuestro alero.

Porque con ansia yo espero

lo que sé que has reservado

ese momento ansiado,

¡sea íntimo para los dos!

donde se pierda la voz.

Y la vergüenza  -el recato-