Morel, el amor surge de ti
para llegar hasta el último aposento miserable,
para fundirse en el pan del beso humano.
Tu amor crispa caricias
y la inerte voz de la palabra pura,
sin regodeos y sin engaños,
sin falsedad y máscaras pesadas.
¡Ya revive de la inercia el alma,
ya la palabra pura se desliza
del vínculo agobiante con la nada!
Morel, ya me tocan tus manos
y arrullas con tu voz mi ciego oído
y cantas a mi vista ensordecida
la canción que en la gloria destilabas.
Ahora soplas en mi oído activo
tu eterna y consonante melodía.
Morel, tu amor llega a todos,
pero en mí se detiene para hablarme.
Tú amas a la humanidad sin brechas,
pero a mí diriges tu deseo amoroso inconfundible,
en mí se abre tu esencia
porque sólo yo logro encender
todos tus poros puros y carnales.