Llegaste tú, para acariciarme con la mirada,
tu voz me llega como un susurro que trae el viento,
con magia, con calidez, con encantamiento.
Son palabras que me llenan de emoción,
son un bálsamo para cicatrizar
las heridas del corazón.
Llegaste tú, para mis días luminar...
sólo bastó la luz de tu mirada,
para quitar esa capa escarchada
que mi alma cubría...
sólo bastó un abrazo con calor
para deshielar mi corazón.
Llegaste tú para abrigar mi alma,
para despertar esos deseos reprimidos
que llevé por años dormidos,
para elevarme a la cumbre de mis anhelos,
para hacerme sentir que aún respiro,
para dar continuidad a mis sueños
y darme cuenta... que tú eres mi único dueño.
Felina
SÓLO BASTÓ LA LUZ DE TU MIRADA.