Alejandro José Diaz Valero

Metáforas y fábula

Naturaleza efímera

 El río pasó cantando

dejando sola a la ribera,

y ésta se quedó llorando

después de tan larga espera.

 

La tierra seca se alboroza

por unas gotas que ayer les cayera,

luego quedaron sus ilusiones rotas

porque fue una nube pasajera.

 

Todo se pinta de rojo carmín

cuando la flor se abre tan bonita

y luego la tristeza vuelve al jardín

cuando ella pronto se marchita.

 

Por tener la cáscara tan dura

a la fruta verde llaman ingrata,

pero luego el tiempo la madura,

y cae prontamente de la mata.

 

Vida efímera, la vida natural,

y de esa cortedad también emana,

lo breve y lo circunstancial

que tiene nuestra raza humana.

***

 

El cangrejo que  quiso volar (Fábula)

Érase la historia de un viejo labriego que tenía tres parcelas de terreno. En dos de ellas sembraba con afán sus granos, y en ambas obtenía abundantes cosechas.

El labriego era el productor de los cereales con más calidad de su poblado; él siempre los identificaba como los granos de las tres parcelas.

Un día uno de esos criticones que nunca falta, le comentó, será de las dos parcelas, por que solo siembras en dos, la otra parte del terreno la tienes ociosa.

 

El labriego sabiamente le hizo la siguiente acotación: claro que siembro en sólo dos de mis parcelas, la otra, debido a su alto grado de inclinación no me permite trabajarla, pero ella hace un importante aporte para mi cosecha; pues en tiempos de lluvia, el agua baja por allí hacia las otras dos parcelas y favorece grandemente las actividades de riego. ¿Ves que en realidad si soy un labriego de tres parcelas?

 

 

Moralejas para los  lectores:

1.- A veces tras la cara de ociosidad se esconde la más grande laboriosidad

2.- No te confíes del título  de las fábulas, ya que los fabulistas también se equivocan

 

Moraleja para el autor:

1- Un título inapropiado para una fábula es un atropello frontal a la seriedad de la misma, pues termina dando risa.