Es ahora que tengo las noches de tormenta
cuando lejos te busco, cuando lejos te tengo,
es quizás el pecado - la demencia
de tenerte en mis brazos-
(El minuto constante de besarte en los labios)
Son pequeños los vientos que se anudan al paso
cuando es tan parecido el hangar de tu mano,
donde deposito mi penar y el cansancio
de mis años maduros, de estas canas que pesan
con mustio desatino.
Es ahora que tengo las tardes sin tus brazos
cuando sé que te quiero más allá del ocaso,
[mi cuerpo es el mechero y tú quien lo ha encendido]
No hay invierno en tu cuerpo
cuando estás junto al mío;
es ahora que tengo las mañanas más tristes
cuando salgo a tu encuentro
y el horizonte es frío.
Es ahora que tengo las manos ya vacías
cuando tu piel se queda
y tu voz se me anida.