Poquito tiempo, a compartir, le queda
esa voz, deshilachándose,
se va soltando
¡es tanto ese cariño!
que en la espera
la fe mueve al amor... Toma su mano:
"¡No quiero que te apagues , amor mío!
los cirios de tus ojos
son mi lumbre
Prefiero yo también irme contigo
¡te amo!
¡oh, mi amor!
¡dulce costumbre!"