Voy caminando despacio, sin prisas,
por veredas solitarias, llenas de polvo…
y los árboles borran mis huellas
con sus sombras y luces inciertas.
Si quieres seguir mi destino,
no mires al suelo buscando mis pasos,
ni acomodes tu andar a ecos lejanos…
Mira al cielo preñado de luces
y al sol mañanero, que juega con fuego.
Allí estoy yo entre las luces jugando
con el reflejo de antorchas de fuego,
para guiar tus largos paseos
al firmamento de mi ilusión.