A los días desamparados que me buscan
les tiro migas de pan,
sin nostalgia ni culpas,
sólo busco alimentar
al que alimento busca.
No desarmo ni costruyo
sólo arruyo los orgasmos de la noche
y los dono al necesitado
que necesite un poco más de lo que necesito.
Ya cuando me siento observado,
me observo, no me encuentro tan observable,
ni interesante, ni iluminable,
ya mi vientre refleja las luces
y los silencios y todo lo que susurran los vientos.
Si me quieren no me quiero
trazando tres palabras incorrectas,
mejor me busco donde nunca me encuentro
que siempre, simpre estoy
al otro lado de donde cantan los silencios.
Y si una mueca, ya sabes que evidencio,
se escapa de mis manos
disimula y ponte fuerte
que ni yo quiero saber
el por qué de mis palabras.