Cuando pienso en hacerte un regalo
Quiero hacerte uno grande
Pero no es tan fácil.
Porque aparte de amarte y hacerte feliz
Todo lo material se hace pequeño al lado tuyo.
Y pensé en un lindo yate
Con treinta velas al viento
Pero encalló en la Costa Brava.
Imaginé luego un castillo
Con cien torreones oteando el horizonte
Pero ya no se transan.
Y de prontó te vi con un collar
De cien brillantes y cien esmeraldas
Pero llegué tarde a la subasta.
Después me tincó un tonel de perfume Yves Saint Laurent
Pero me quedaría sin tu fragancia.
Alguien me quiso vender un tren
Enchapado en oro y platino
Y por poco me estafan.
El Everest me lo ofreció un gurka
Y en la notaría a la firma
Supe que venía sin el Himalaya.
Y por supuesto se me ocurrió la luna
Sobre una isla en el caribe
Pero estaba llena de piratas.
Y claro que me ilusioné con alguna estrella
En la Cruz del Sur u otra similar
Y al lado de tu sonrisa las encontré apagadas.
Y de ahí al cosmos
Buscando como un loco
Se me ocurrió la Vía Láctea
Le pedí al dependiente que me la envolviera para ti
Pero el papel no le alcanzaba.
Me sentía un poco triste de mi viaje
Y a dos cuadras de tu casa
Corté una flor
Y al abrirme tú la puerta
Te emocionaste tanto
Que supe allí que te amaba.
Ahora se que el regalo más grande es tu amor
Y una camelia blanca.