No temas, no, que de mi boca impura
broten palabras de pasion ardiente.
No temas, no, que de tu hermosa frente
mi beso empane la simpar blancura.
No temas que mi brazo a tu cintura
se cina como astuta y vil serpiente,
no temas que tu sueno de inocente
destruya, en sus cantares, mi locura.
Mis ojos, ay! mis ojos encendidos
al calor de los tuyos, el deseo
atizan y resoplan de tal modo,
que tu imagen penetra en mis sentidos;
con la sola mirada, te poseo...,
y tu sonries y lo ignoras todo.
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