sondemar

Maldito fue el día

Abrid las ventanas,

que entre el aire fresco,

 que vuelen los celos

que constriñen mi alma.

Traidor, desvelado,

me quebró la vida.

Partió a escondidas

cual ladrón fugado.

Funesto dieciocho,

maldito fue el día

cruzando él la ría

volaron sus ojos.

Bastó una mirada,

infame en esencia,

fugaz de apariencia 

que le atrapó el alma.

Vacía es la casa;

frío, el suave lecho;

el fuego ahora es hielo,

la pasión, venganza.