No importa el tiempo,
Porque no existen horas,
Ni tampoco los segundos,
Cuando los momentos,
Nos pertenecen a los dos,
Si miramos la luna,
O si el sol nos baña con su luz,
Todo es indiferente.
No hay instantes ni motivos,
Si lo que vivimos,
Está lleno de detalles,
No necesitamos flores,
Porque la fragancia,
Que inunda nuestro espacio,
Emana el dulce néctar del amor.
No hay un pacto entre dos amantes,
Porque el sentimiento,
Emerge como por encanto,
Somos pájaros volando,
Libres de ataduras,
Que sumergen de la fuente,
Donde ha nacido el corazón.
No hay testigos,
Ni tampoco testimonios,
Si aunque estemos presente,
Somos ausentes,
Y estamos lejanos,
Encerrados en un cristal,
Donde no llega el desamor,
Obsesionados y absortos,
Mirando nuestro rostros,
Mudos y entregados al silencio,
Dejando expandir suspiros,
Y anhelos que nos entregan,
La firme esperanza,
De encontrar la felicidad buscada.
Colombiana.