La demora de la mosca (cuento)
En el bosque abrieron un almacén para venta de ropa, pero no de esos que siempre vemos para damas y caballeros o para niños, no amiguitos, este almacén era para la venta de ropa para insectos y reptiles, por eso fue que lo abrieron en el bosque.
La serpiente compró un vestido de colores con muchos estampados, la gusana compró un vestido largo de color verde con muchos pliegues, el grillo se compró una chaqueta gris, la cucaracha se compró una chaqueta marrón muy brillante, la luciérnaga se compro un traje de lentejuelas y luces.
Todos los insectos y reptiles del bosque ya habían comprado sus ropas, sólo faltaban la abeja y la mosca, quienes llegaron muy tarde cuando ya casi habían vendido toda la mercancía. La abeja como es más veloz entró primero que la mosca y compró el único vestido colores que quedaba , era un vestido de rayas amarillas y negras, y salió danzando de alegría por el bosque. La mosca como llegó más tarde sólo pudo comprar un vestido negro y por eso salió rabiosa a merodear por el bosque.
La mosca estaba disgustada con ella misma por haber llegado tarde al almacén, pues llegó después que todos sus amigos habían comprado su ropa, por eso juró desde ese día que nunca llegaría tarde a ninguna otra parte. Por tal razón siempre la ves que ella llega de primero cuando sirven la comida porque quiere saborearla primero que todos y así evitar que le pase lo que una vez le pasó cuando fue a comprar su vestido en el almacén del bosque.
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Zapatos nuevos
Fui a comprar zapatos nuevos
para usarlos de reemplazo,
pues con estos que cargo viejos
ya casi que estoy descalzo.
Que difícil ha resultado
encontrarlos como aquellos,
la comodidad he sacrificado
y eso, es asunto serio.
No es que sean baratos
ni que yo los desprecie,
pero es que no tienen espacio
para alojar los juanetes
No tienen la punta doblada
para bailar sin ensayo,
ni tienen reserva guardada
donde reposen los callos
No tiene el tacón desgastado
inclinado a la izquierda
para caminar balanceado
sin tropezar con la acera
Y ya que me atreví a comprarlos
no me queda más remedio
que comenzar a amansarlos
hasta que lleguen a viejos.
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