Mis bocadillos de estímulos resuelvo,
orando, sujeto a lo que anhelo conseguir.
porque sé de memoria para que vivo
y bien disfruto enaltecido mi vivir.
Inculco mi experiencia, convincente
y con radiante persistencia ella la adopta,
aunque presuma correr la misma suerte
con sus recetas para dormir, encantadoras:
Del hecho al techo una cosa he percibo,
la escala de la serenidad nunca la alcanza,
en continuos quebrantamientos su espíritu
impaciente cuando pierde la destemplanza.
De noche toma bebidas aromáticas relajantes.
Mis blancos calcetines, dobla al revés
en las braguetas mete hojas de hierbabuena.
Con cáscaras de limón y romero se hace un te.
Lo que parecía solucionarle el sueño
es la adición que le ha cerrado las puertas
“En paz me acuesto y en seguida me duermo,
tú sólo, Señor, me das seguridad”. Oigo que reza: