Desde mi ventana ví el temor al amor,
Desde mi atalaya,lanzé flechas,
que dieron en la diana de la incertumbre,
y también, fuí herido a pesar de mi armadura.
Grité a los cuatro vientos la melodía de la libertad,
por si su reconciliador manantial de paz alcanzaba
la orilla del entendimiento humano.
También oí,a lo lejos,el blues de la tristeza,
con los acordes del lamento
y el estribillo de la esperanza.
Ví el brillo de la fé en tu mirada,
Ví la incertidumbre de la búsqueda,
y la alegría del encuentro,
Sentí el aterciopelado tacto,
de ese primer beso,
que definía nuestra relación.
Entonces oí,el redoblar de los tambores,
y de las triunfantes trompetas,
ondeando la bandera de la conquista.
Y al fondo,a los lejos,el suave murmullo,
de las olas del mar del entendimiento.
Y abrí mi ventana,esperanzado.
Jesús M. Jiménez