Hoy me duele mirar al niño herido,
a aquel que mendigó a otro mendigo,
hoy me enfurece la mafia del egoísmo
y el hampa que asesina ya por vicio.
Hoy la maldad me llega a los testículos
como un golpe maldito por lo bajo.
-¡Hoy quisiera matar al asesino!
¡Hoy me da rabia el violador de niños!
¡Cómo avanza el robo por las calles
persiguiendo el bolsillo o los cajeros
y persiguiendo las vidas hasta el filo!
y el raptador merece mis insultos...
(no importa que su maldad tenga un motivo
o raíz de trauma)... ¡estoy dolido!
Estoy dolido y tengo rabia a un solo tiempo.
¡Y de tanto amargarme siento asfixio!