QUIERO
Rasga el silencio en la montaña brava...
y un fuerte graznido aterrador y fiero,
aparece en vuelo muy ligero... un cuervo horrible...
con sus garras arqueadas... ve retorna, vira trepa y salta...
y de allá se lanza en veloz picada, que parece decir en sus graznidos...
"Ya morirá mi presa, poco falta".
Y no ha mentido el pájaro agorero... allá entre rocas sucio y harapiento...
lanza un quejido que recoge el viento... un vil leproso en su final postrero...
ya yergue, se para tambaleante... su vista, busca en que apoyar su mano...
llora, clama pero lo hace en vano... pues nadie escucha su clamor jadeante...
Solo esa ave, que su muerte espera para devorarlo...
Nadie le ayuda, abandonado vaga aquel despojo de la estirpe humana;
mientras su carne se seca se desgrana... partida en tajos por la inmunda llaga...
Señor, Señor, musita el desdichado... Señor Jehová, socórreme te ruego...
Yo se Señor que a causa del pecado, estoy sufriendo triste y abatido...
¡¡¡Pero no te olvides de mi... Señor Jehová ...!!!
Te pido por aquellos, que en casa, tan triste han quedado...
ellos no podrían acercarse, sería contagioso abrazarlos...
pero mi carne, de mi seco cuerpo, se desgrana...
y no puedo casi estar parado... todos huyen... soy un desdichado...
Cortado he sido de mi hogar paterno... se torna muy cruel este infierno...
Por los dolores insoportables que me han venido...
¡¡¡Socórreme Jehová... Socórreme...!!! Manda un Profeta...
Así como el sirio libertado por Eliseo, pueda liberarme de estas llagas mías.
¿Pero que estoy diciendo... tendré esperanza en este mundo?
¡¡¡No...!!! Mil veces no... si soy un inmundo...
¡Si tan solo me encontrara con ese Cristo...!
Con el que hace milagros por las ciudades... con el que levanta muertos del sepulcro.
Yo se que si me encuentro con Jesús... seré sanado.
Pero veo gente que viene... debo avisarles que soy leproso... que soy inmundo...
¡¡¡Señores... no se acerquen por favor... soy leproso...!!!
No se detienen y siguen acercándose a mí... ¡¡¡Señores...por favor...!!!
no se acerquen... podrían contagiarse -Aléjense de aquí... -
¿Pero... quién es ese que tan arrogante y decidido a la cabeza viene...?
¡¡¡Oh, si lo conozco... es Jesús... Jesús el Cristo bueno,
el Mesías del Padre Omnipotente...
¡Oh... no soy digno... que para verme tu Hijo amado, de Ti viniera...
" Y aquel hombre, con una esperanza inmensa en su alma...
corre al encuentro de su Maestro... y postrándose de rodilla le dice...
"Maestro" si quieres puedes limpiarme... Cristo alzando su mano dijo...
"Quiero" y al instante la lepra desapareció.-
Santo Evangelio según San Lucas 5:12-13.- Amén...-/