Hemos de andar desnudos
Tras los restos del tiempo que nos queda
Recogiendo pedazos de vida…
Respirando muerte.
¡Seremos los bastardos de la divinidad perdida!
Ratas rabiosas en busca de la oscuridad.
Vagando en las alcantarillas tortuosas
Pagando nuestras deudas
Lamiendo el filo de la vida
Ocultos bajo el manto sepulcral
Pero sin duda seremos libres
Felices al fin
Sufriremos y reiremos
Y los espejos por siempre se perderán.
No quedara para nosotros más que la lluvia,
Más que el lodo,
Esta tarde de estruendos
Y el elixir de tu aliento
Que mi alma sanara.
La humanidad nos vera con desprecio
Odiaran lo que somos
Intentaran aniquilar todo lo que sentimos
Nos lanzaran injurias e insultos,
Pero recuerda;
Nada de esto será en realidad
En contra nuestro
Sino en contra de su frustración, de su cobardía.
Por su profundo miedo de ser quien son en verdad.
Tal ves moriremos prematuramente
Con ya nuestros cuerpos cansados…
Con nuestra última lagrima…
Con la sonrisa más sutil.
Mas para entonces ya seremos eternos
Yo en ti y tú en mí.
Y nuestro amor sobrevivirá sin tiempo
Bajo esta tormenta de segundos muertos.
Florecerá entre los escombros
De esta humanidad en ruinas.
En este Armaguedon fatal de desesperanza