Ya no escucho tu voz
Al despertar por la mañana,
Tu cuerpo es el dolor,
Que cubre nuestra cama…
Ya nada es igual Pedro
Porque tú me faltas,
Pero te siento tan dentro
Que vivo, delirios fantasmas…
Pedro, te has ido tan rápido
Que muero porque me faltas,
Ahora vivo sin tu abrigo,
En el quicio de mis camas…
Y te rezo cada día mi marido,
Porque eras lo que más amaba,
Tus palabras tus abrazos y besos,
Viven muy adentro de mi alma…
Hola cuñado Pedro, tus recuerdos
Le escribo a tu Josefa, tu amada
Que ahora vive llena de silencios
Dentro de vuestra casa inmaculada…
Tu falta domina toda tu cruzada,
Mi pena escribe estos versos,
Me dejo llevar por tu gran falta ¡Porque pienso mucho en los tuyos!
¡Pedro, ahora que tu espíritu vuela por los cielos, recuerda que en la tierra tu Mujer y tus Hijos, te añoran!
¡Tu silencio ronda tu casa y tu Josefa del alma, que llora tu ausencia envuelta en el luto, por tu gran falta!
Modesto Ruiz Martínez / jueves, 02 de diciembre de 2010