Rechinar de frenos
el tren que aminora,
su entrada muy lenta
en esa estación,
desciende un hombre
cargado de años,
y busca con ansias
lo que allí...quedó.
Son muchos recuerdos
de cosas vividas,
en ese pueblito
donde todo pasó,
los primeros pasos
sus sueños primeros,
y una que otra lágrima
el día...que partió.
Por nada él quiere
hacer de esto un drama,
no quiso el destino
un libreto mejor,
nunca tuvo tiempo
de parar su historia,
hoy está conciente
y sin ningún...rencor.
También se iría,
toda esa novela
que de a poco escribió,
no sabía entonces
de algo muy cierto,
siempre queda algo
si uno...sembró.
No importa que nadie
lo recuerde ahora,
ni que su casita
tampoco esté más,
pero estarán siempre
los viejos fantasmas,
esos que le dicen
no olvides...jamás.
Se irá sin revuelo
pateando recuerdos,
vendrán en bandada
a decirle adiós,
los hondos deseos
de chicos humildes,
que un día creyeron
que el barrio...era DIOS.
Boris Gold