Un cupido cegama invade el horizonte
bajo la bandera de un viejo verso
raíz de un incomprendido alfabeto
creencia de un redimir de yemas.
Danzan querubines al son de una sonata macabra
perjurando los sueños de un ayer
confundido entre miserias humanas
porfía de un incomprendido presente.
Apoyado hombro en doliente almohada
sobre colchón de diseminados deseos
deseos caprichos
de un latir sin ilusiión.
Bramidos en un folio delatan intimidades
ensordecen el intimo espacio
políticos cantantes gente a pie de calle.
Verdades y mentiras argamasa a la mesa
suprimiendo el antaño dialogo de familia
predomina la noticia del día.
Xesca Almécija