Una vez te vi pasar a mi lado
y rosamos nuestras manos.
Desde ese momento
no te dejo de imaginar en mis sueños.
Al verte denuevo,
me enamoré por completo.
Me clavé en tus ojos
y reviví en tu sonrisa.
Somos dos seres distanciados,
caminando en la misma dirección;
pero siento en mi interior
que el camino es empinado
y lleno de obstáculos.
A pesar de la distancia,
le doy sonido a cada palabra que escribes.
Siento que susurras tus secretos a mi oído
y que caminaremos juntos
al ritmo del latir del corazón,
guiados por la misma pasión.
Nuestra espera se hace interesante.
El deseo de estar a tu lado
cada vez se torna más fuerte
y se convierte en una llama
que ni el frío más intenso
lograría apagar.
Extraño tus labios con desespero
y si los llegase a besar de nuevo,
más intenso se volvería mi anhelo.
Te visito en sueños
y te siento mío.
Beso tus labios
y acaricio tu piel.
En el más apasionado de mis pensamientos,
me acuesto a tu lado,
te miro a los ojos,
me enredo en tus cabellos
y nos besamos con desespero.
Pasiones, anhelos,
deseos y sueños.
Una larga espera
y una soledad compartida
en tu compañía.
Te visito al dormir
y te siento al despertar.
Tomo tu mano
y me siento a salvo.
Llévame contigo
al mundo de los sueños.
Llenos de deseos,
nos besaremos en el cuello
y nuestra espera ya no será eterna.