Añoranza del tiempo,
cuando faltaba espacio,
tu piel aterciopelada,
se restregaba a mi piel,
entre nuestros cuerpos,
el sudor se estancaba,
dulces palpitares al unisono,
nuestros corazones se desbocaban;
eran momentos de dulce libar,
mientras tus mieles,
saciaban mi sed,
éxtasis sin frenesí,
cuando nuestros cuerpos se fundian,
en una sola alma,
mientras la luna ,
cómplice callaba,
y suplicaba que no la dejara ir