Tengo miedo de tu piel,
porque me tiene atrapado
como una mosca en la miel.
Me dan pánico tus labios,
porque después de besarlos,
te juro cariño mío,
lo dulce me sabe amargo.
Me da miedo tú mirada,
bella, tibia, limpia, clara,
porque al cruzarme con ella
dentro de tus ojos vivos
y fuera no existe nada.
Tengo miedo de quererte,
porque después de probarte,
vivir sin poder tenerte
no es vida, es mil veces muerte.