Si fuéramos sólo flores, una roja y otra blanca,
de aquellas escondidas que nadie las arranca.
Entre flores yo se bien, que una flor es siempre flor,
entre amores pues también, el amor es siempre amor.
Si fuéramos quizás, burbujas en la almendra,
o semillas cosechadas, antes de que exista la siembra.
Podríamos nacer en un paisaje perturbador,
y aunque así fuera, aun seria por amor.
Cualquier cosa que fuéramos, seria diferente.
Transitando como seres o que nos llamasen, gente,
seguro de ser personas, nos trataríamos con pudor,
pues aun sin tenerlo, podíamos dar amor.
Esta vez Dios nos hizo, para cantar y vivir,
para cantar con aplomo, y morir como mártir.
Pero no estés triste mi amigo, pues existe algo peor,
imagina tú a alguien, que vive y muere por amor.
Cada quien tiene una patria, y muchos a la patria donan,
no es que la regalen, sino que la abandonan.
La vida es terca y mientras se inclina a ser aun peor,
te puede hasta condenar, a vivirla sin amor.
Existe en la contienda del mundo, mucha gente que no sabe
que el amor ha nacido, por los que quieren de su parte.
Así que si fuéramos flores, quizás sería mejor,
que vivir en estas guerras y morirse sin amor.
Siendo lo que no se puede, amigo mío uno sufre,
a la herida que la vida deja, sin piedad te arrojan lumbre.
Solo aquel que prueba, cuanto duele el dolor,
duerme, y cuando despierta, no vio pasar el amor.
Hay cosas que florecen y embellecen, como las rosas,
que pasando el tiempo, son cosas que no son cosas.
Pues te endulzan el ambiente con la vista y el olor,
pero no las puedes ver, si no sientes más amor.
No se a dónde va este mundo, pero conozco su camino,
que es directo a lo profundo, donde se muere el destino.
Donde todo en la vida tiene el mismo color,
que esta concebido y trazado, solamente por amor.
Si fuéramos montes altos, con nieve en la cima,
donde descansan águilas, donde el hombre no camina.
Si fuéramos como el destino, podríamos vivir con honor,
naciendo con el amor y muriendo con el amor.
LEOM KOLMNELA