¡Ahí esta!
La quimera que camina
a la par con la tentación.
A lo lejos, la brisa susurra
esa palabra…que ahonda
la cicatriz del alma.
La tempestad se abriga
en los brazos de la soledad
y en el vacío el humo del cigarro
dibuja un rostro que hoy existe.
Y siento el deseo de amar;
su imagen,
su presencia,
su voz,
su piel,
su ausencia…
Levemente, abro los ojos,
la brisa se ha llevado consigo su esencia
¡tú no estás!