Para…Aída
Si el tiempo pudiera detenerse
-pero no es así-
Y hoy sólo te extraño.
Extraño la tarde de tus besos
donde llueve el amor
y no hace frío.
El viento de tus manos en mi cuello
(el murmullo de tu voz)
Son un remanso.
No hay manera de detener este camino
que me lleva a tu cuerpo
con ímpetu sudor –con un motivo-
He dejado que caigan los minutos
y sean hojarasca del recuerdo
aquí a mi paso.
Por eso no puedo el tiempo detener
y aún te extraño.