A la lexema de todo sentimiento existe
un principio y un fin,
te hablo a ti amor, que llegas y te vas,
que vas viajando y hechizas a los que estan solos,
te hablo a ti,
que llegas y dejas tu marca en quien
tomas y te guarda como tesoro,
como si fueras agua en un arbol seco,
como un recuerdo,
como un frenesí de sensaciones en la piel,
vas llenando todo de ilusiones,
e incluso curas a aquellos los malaventurados
que se han perdido en el camino,
que se han perdido en el olvido,
aquellos que enferman de rencor y se apartan a olvidar,
vuelves aquellos que en vida mueren
con una caricia de tus manos de ilusion,
y tu voz que habla de sueños,
eres inmolacion de soledad,,
tu eres hoy para todos ellos y para otros
tantos esperanza de un nuevo día,
el comenzar de un nuevo amanecer,
la caricia de todo atardecer
un beso que da razones de vida,
y como un abrazo del que nadie quiere ser libre,
por que es mas bella tu presencia
y compañia que la belleza de los claveles,
mas bella que una noche en soledad,
mas que un atardecer en agonia,
y mas aun que la misma belleza,
eres verso y prosa,
sol y rosa,
eres una estrella infinita que da la vida
por todo aquel que decide seguirte,
que decide escribirte,
que decide quererte, admirarte,
y para todo aquel que anhela de ti,
siempre has de estar disponible para todo aquel
que quiera compañia,
para toda alma que se encuentre herida
para todo aquel que no pida mas que tus caricias,
que no espere algo que no seas tu,
eres para el que de y no pida,
para el que sea como eres tu,
que das y no esperas nada,
eres del que te recibe y te comparte,
del que tu nombre menciona y adora...
Ana Villegas y Rafael Leyva