Presión del pecho,
lágrimas que caen
como cristal sobre la roca,
lágrimas que pasan por mi boca,
tan saladas...tan amargas,
como es este dolor que me provocas,
lágrimas que quedan
dispersas en la atmósfera,
como mis sentimientos
que giran en la tómbola
y en ningún momento se detienen.
Pero cómo parar este martirio,
si yo te quiero con delirio,
con desesperación, con encanto...
Es que no debiera de querete tanto,
agraviaste a mi corazón,
casi,casi, hasta perder la razón...
Te has metido tan adentro de mi piel,
qué sacarte no lo he conseguido.
Tus besos me saben a hiel,
cuando deberían saber a miel.
¡Dime amor querido!...
¿Qué tengo que hacer para olvidarte?
He cortado las noches
con el filo del cuchillo...
el filo que causa tu indiferencia,
las he cortado...
para ver si no te sueño,
pero te metes en mi cama
como un chiquillo.
e invades mis sueños y mi alma.
Si mis párpados se abren
creo verte deambular por la penumbra,
con esa poca luz que a mi me alumbra,
te sales de mis sueños...
e invades mi aposento...
hasta tu esencia siento
y es cuando me desespero,
porque de ti...ya nada espero.
¡Por qué es que no llega el olvido
si hace tiempo que te has ido!
por qué tengo que llevarte,
en mi mente,
en mi cuerpo y en mi alma.
Libérame de este sufrimiento
para encontrar la calma...
¡No quiero más éste tormento!
¡No quiero más éste suplicio!
¡No quiero...No quiero...No quiero...No!
No quiero ni siquiera recordarte,
porque lo que quiero es olvidarte,
tampoco quiero odiarte,
porque odiándote...
estaría recordándote.
Felina