Huele tu nombre
a flor de un edén de amor;
¡bendito aroma!
Déjalo libre,
que penetre mis fibras
intensamente.
Sabe tu nombre
a miel, néctar en flor;
libarla déjame.
Traza tu nombre,
paloma mensajera,
en versos de cristal;
surcar hoy quiere,
navegando en fiel mar
hasta mi orilla.
5 de diciembre de 2010
Pau Fleta