Soledad que me acompaña más que tu presencia
Dechado y solitario cazador de malos tiempos
Viviendo plenamente el vacio de tu ausencia.
Atardeceres vistos tras el umbral de mis palabras
Desvanecen lentamente sin dejar su huella
Pensamientos tan sublimes compartidos con la nada.
Manos compañeras buscando perspectivas
Dejad caer el pincel con que pintáis la vida
Sin dejar caer la fuerza construida.
El trémulo de mi alma cesa cuando escribo
y comparte sus palabras con deseos tan profundos
sin olvidar la libertad con la que sueño, la que vivo.
Sonetos de momentos, escritores de memorias.
Con la tinta de los años han plasmado estos versos
Clamáis la voluntad de llamarle poesía
A los que unos llamaron mi triste historia.