El tiempo me resulta tan escaso
Contigo raudo un siglo desvanece
La piel del mar en ruinas envejece
Apenas un segundo entre tus brazos
Y cuando henchido surco hacia el ocaso
Bogando entre tus aguas apareces
Y en un silbido el alba reaparece
Pintando mi partida y mi fracaso
Una aflicción sin tiempo se apodera
Del continente ausente de mi vida
Hacia ultramar de tu ancha cordillera
Y aunque inasible tu amplia ecología
Te siento tan rotundamente mía
Verano, invierno, otoño y primavera
Gerardo Villalobos