Lejos de casa, sintiendo la tragedia
sabiendo que el retorno es imposible,
separado por siempre de todo lo que amas,
te arrancan de tu esencia a los tuyos.
No se puede derramar lágrimas,
solo que el rostro ya no puede soportarlo,
porque en él se refleja una temblorosa súplica.
La vida de inocentes criaturas ha sido devorada,
sanguinarias cadenas aprisionan tu destino.
Y quieres escapar de todo eso,
te reúnes con el que antes era tu enemigo
planificas la finalización del cautiverio,
pretendes detenerte, pero ya no es posible.
Ahora te toca recoger los cuerpos
que tendidos en el campo de batalla quedaron.
Oh no, pero no hay tiempo para eso
simplemente los más fuertes escaparon.
Después de todo esto,
por el bosque divagas consternado,
aún te embarga esa ansia de escapar,
de irte lejos, de ser realmente libre,
intentas volar sin previo aprendizaje…
Autor: Quituisaca Samaniego Lilia