Insomnioptera

"Reflejos acústicos"

 

"...Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto..."

Pablo Neruda

 

En esta madrugada

el ruido de la tierra me ensombrece

Padece la mitad de mi cordura

Mi cuerpo aún inquieto

se rehúsa a perderse

 

Pienso, cuando me ausento,

en la caída de la hoja,

y el agua que la atrapa con sus redes de hidrogeno

Me atrapa el agua

me envuelve el techo,

Me sorprende la vida

aún intacta,

aún estéril.

 

La oscuridad de lo completo

que se abre y se come

mis ojeras insomnes.

Vuelvo mi cara al cielo.

Oigo el ladrido de los perros

a lo lejos. Nadie canta.

Nadie tirita sobre nubes de incienso.

Eso parece,

eso pienso.

 

Nadie me dice ni afirma mi deslice,

estoy inmóvil y

tampoco tengo cómplices.

 

Ruedas inciertas torturan el asfalto.

(si pudieras mirarme con tus manos)

Pudieras ser un rayo agonizante,

comenzar y acabar.

Estoy desnuda ya

pero tú aún podrías desnudarme.

 

Todo parece tan tranquilo.

 

Todavía siento.

Sigo teniendo mis sentidos despiertos;

prueba de ello son las multitudes:

cae en mi boca el dulce olor a cítrico,

-¿De dónde eres? - me pregunto de nuevo.

 

Y de nuevo presiento que te quise

y de nuevo confieso que te quiero.

 

El alba se aproxima con su velo de ensueño.

No voy a despertar

porque no duermo.

 

Late el amanecer.

Hoy a mí no me late si amanece.

Porque la madrugada

lleva consigo ruidos,

ruidos que hieren y maltratan el tiempo.

Se ha sostenido tanto,

se ha desvivido en sostenerse tanto,

ya ningún caso tiene que se suelte

 

Ya tremulan los bichos indigentes.

Siempre en la lejanía se confabulan

(se confabulan los sonidos

en mi contra

Van y dictan al tímpano

tu nombre).

 

Si la luz de mi lámpara fuera la luz del día

se opacaría a sí misma,

se absorbería en la dicha de no estar tan tranquila.

Como yo ...

              dije a un… -día de la luz-

                                              pensé

 

/Te tuve entre mis brazos otra vez

no fue la brisa, yo…

 

besé tu piel, ayer,

          puedo jurarlo

        

Amé tu amor,

y sí…

          puedo probarlo… /

 

Pero tal vez no puedo

 

Porque no estoy dormida

y la inconsciencia no se justifica

 

No obstante, dime:

si algo de ausencia sabe

está misma pasión esquizofrénica

que oscila

sobre mi piel vacía y disconforme.

 

Nunca sabrá, nunca ha sabido,

¡Nunca supo!

Nunca se dijo

           y nada.

           Me aprisiono.

Me abrazo como siempre

 

de esta noche pared…

 

Esta almohada carbón,

este sillón sin suela  y esta vela sin fin

(qué han de saber),

nunca sabrán, nunca han sabido

¡No lo son!

 

Yo por lo menos conservo una certeza,

una ilusión pacífica y entera,

por lo tanto tan tuya y tan de mi

como de ambos.

 

Jamás se extinguirá mientras te ame.

Jamás se extinguirá porque te amo.

 

Te amo Carlos.

 

Junio del 2010

Libélula