Noche fatal de luna sangrienta,
en estos momentos en nuestros corazones
podemos encontrar.
Mas tuya es mi noche eterna, porque
el mismo día que sentí rozar tu mirada
las horas de mi ser se detuvieron,
se helaron.
Este es el tormento que debo pagar, pues
de ti perdidamente me enamore, sin mas
remedio que acallar estas lagrimas de dolor,
pues se que tu corazón nunca me pertenecerá.
Yo por ti muero; seré la brisa, el aire
que te permitirá seguir viviendo, yo estaré allí.
Si tienes sed, seré el agua del rio que te dará de
beber, entonces estaré allí.
Si estas perdida, yo seré la piedra del sendero
que te devolverá al camino, entonces estaré allí.
Si la oscuridad invade tus sentimientos, yo estaré allí
cual llama para iluminar tu noche, tu fría y eterna noche.
Hoy, por un segundo, creí ver la luz del sol,
que las hora de mi ser volvían a marchar;
aunque fuera por un segundo, por un anhelado instante,
creí volver a vivir, pero simplemente
ha sido tu mirada, la que por un segundo
ha dejado de rozarme.
Y volvió la oscuridad, la oscuridad
de la fría y eterna noche que yo sufro
por amor; aunque no tenga valor para
decírtelo... yo, te amo.
Yo daría la vida por ti, mataría por ti con
tal de verte sonreír, y quiero que sepas, que
te escribo estos últimos versos antes de morir.